La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) sigue en plena polémica con el plantel femenino que se ha consagrado campeón del mundo en Australia. En añadidura al caso Rubiales, la Federación no preavisó a tiempo a las jugadoras para los próximos partidos de la Liga de Naciones femenina, que empieza el próximo 18 de septiembre.
El Estatuto de Transferencia de la FIFA, que irrespetó la RFEF, sostiene que cada jugadora "deberá hacerlo por escrito al menos 15 días antes del primer día del periodo internacional en el que se lleven a cabo las actividades del equipo representativo para el que se le necesita".
Lo cierto es que las jugadoras, a pesar de este error por parte de la RFEF, están obligadas a presentarse frente a la nueva seleccionadora, Montse Tomé. La norma de FIFA, entidad de carácter privado, no puede prevalecer por encima del ordenamiento jurídico español, en esta oportunidad sobre la Ley del Deporte.
La RFEF establece duras sanciones en caso de que las jugadoras no acepten jugar para la selección en su Código Disciplinario. “Los futbolistas que de forma no justificada no asistan o abandonen las convocatorias de las selecciones nacionales, entendiéndose aquellas referidas a entrenamientos, concentraciones, o celebración efectiva de partidos o competiciones, serán sancionados con multa de 3.006 a 30.051 euros", dice la norma.
"Serán sancionados con multa de 3.006 a 30.051 euros".
Atentas
De acuerdo a este asunto, la RFEF no puede obligar a las futbolistas que militen en el extranjero a disputar los encuentros por la Liga de Naciones femenina. Por lo tanto, todo dependerá de lo que decida Montse Tomé en su primera convocatoria para el equipo nacional.