Bélgica tiene una historia relativamente corta. Considerado como un país moderno, su filatelia no alberga muchos sellos postales, pero los que tiene son muy significativos. Las primeras estampillas se emitieron en 1849 y se las llama “charreteras”. Hoy te hablaremos de dos que han marcado su historia.
Empezamos por la tira 'mint' de Bélgica de 1849 de 10c. Se trata de una rareza filatélica en toda regla. Los primeros sellos belgas no llevaban el nombre de ningún país. La razón es que los sellos postales que se difundían se hacían para el uso nacional exclusivo.
Según registra “findyourstampsvalue.com”, al pasar a la circulación europea, consiguió hacerse con la admiración de todos. Los primeros estaban grabados, imperforados e impresos en papel con marca de agua enmarcada.
293.000 dólares (273.521 euros).
Pronto se convirtió en uno de los sellos postales más buscados. La imagen del rey parece estar en el centro, sin soporte, y contrasta con un sutil tapiz de diseño floral ornamental casi imperceptible. La tira se vendió en diciembre de 2011 por David Feldman en 293.000 dólares (273.521 euros).
Centro de Congo belga invertido 1894
Es uno de los sellos postales belgas más extraños que han salido. Se piensa que solo se conservan cinco ejemplares. Quedan pocos en buen estado. En 2011, David Feldman vendió uno por 141.529 dólares (132.120 euros).
Tiene un valor tan alto porque es muy raro encontrar una pieza como esta en el mercado filatélico. Su increíble belleza lo lleva a lo más alto.