La cocina italiana es famosa por su exquisita simplicidad y el risotto a la milanesa es un claro ejemplo de este arte culinario. Se trata de un plato de arroz cremoso, aparentemente modesto en cuanto a ingredientes y una receta ideal.
Sorprendentemente, esta receta es sabrosa y vibrante gracias a uno de sus ingredientes claves. Este risotto, un homenaje a la ciudad de Milán, se caracteriza por su distintivo tono amarillo obtenido gracias al azafrán.
Aunque los ingredientes son simples, la clave del éxito del risotto a la milanesa reside en la dedicación y el cuidado con los que se elabora. El proceso implica cocinar el arroz en lotes de caldo caliente mientras se remueve continuamente, permitiendo que el arroz absorba el líquido lentamente y alcance la deseada cremosidad.
El tipo de arroz adecuado es crucial en esta receta. Se recomiendan variedades de grano redondo como el arbóreo o el carnaroli, debido a su alto contenido de amilasa, un almidón que contribuye a la textura cremosa característica del risotto.
Un almuerzo o cena con el que todos quieren contar.
Los ingredientes son: 300 gramos de arroz, mantequilla, aceite de oliva, media cebolla, dos dientes de ajo, media taza de vino, un caldo de pollo, azafrán, queso, sal, pimienta y puedes sumar más mantequilla.
El secreto
El risotto a la milanesa es una receta que rinde homenaje a la tradición culinaria italiana, donde la calidad de los ingredientes y la atención meticulosa al detalle se combinan para crear un festín de sabores.