Existen dos sellos postales que son claves para entender la historia de Bélgica. Eso los convierte en piezas más que interesantes para el mercado de la filatelia. El primero es el sello Perrón de Lieja de 1919. Es la primera estampilla de la posguerra. El Perrón de Lieja era una gran columna de piedra ubicada en la ciudad de Lieja. Se construyó para simbolizar la autonomía y la libertad local. Lieja también fue el lugar en el que se produjeron la mayor parte de los intensos combates.
Según registra “findyourstampsvalue.com”, las fortalezas que estaban alrededor de la ciudad impidieron que la invasión alemana avanzara. Fue así como los belgas pudieron construir unas trincheras defensivas. Es uno de los sellos postales más significativos para el país porque es la representación de una nueva vida para Bélgica.
Se hicieron dos impresiones, con una diferencia de altura. Una hoja fina de 10 sellos postales se vendió en 1980 por Robert. A Siegel en la venta Rarezas del Mundo por 5.500 dólares (5.157 euros).
Sello de Ocupación de África Oriental de 1916
Uno de los sellos postales más relevantes de la historia. No es una Bélgica ocupada, sino una Bélgica que ocupa. Es muy popular por la imagen de dos hombres africanos cazando.
4.500 dólares (4.219 euros).
Una de sus variedades es muy buscada porque se emitieron pocos. El 15 de junio de 2016 se vendió uno de sus mejores ejemplares por 4.500 dólares (4.219 euros) por Robert A. Siegel.