Los médicos y expertos en la dieta mediterránea están haciendo un llamado a repensar el lugar de las patatas cocidas en nuestra alimentación diaria, argumentando razones fundamentales de salud. Muy pocos pensaban esto, pero los más estudiados traen la noticia.
Las patatas, siendo un pilar esencial de la dieta mediterránea, se han adaptado a una variedad de preparaciones culinarias a lo largo de los años. Desde las patatas cocidas con un punto de firmeza hasta aquellas transformadas en cremosos purés, estas versátiles raíces han sido protagonistas de innumerables platos y acompañamientos que complementan nuestro día a día.
Una de las preparaciones más simples y tradicionales de las patatas es cocinarlas en agua hirviendo hasta que alcancen la textura deseada. Sin embargo, este método, conocido como "patatas cocidas", está siendo objeto de un debate nutricional en curso.
A lo largo del tiempo, las patatas cocidas se han promocionado como una alternativa más saludable en comparación con sus contrapartes fritas y grasientas. Se han considerado una elección baja en calorías, ideal para aquellos que siguen una dieta o controlan su ingesta calórica.
No obstante, recientes hallazgos y la perspectiva de destacados expertos en nutrición plantean una visión diferente. Según un artículo, el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra, un destacado experto en la dieta mediterránea, advierte en su libro "¿Qué comes? Ciencia y conciencia para resistir".
"¿Qué comes? Ciencia y conciencia para resistir".
Más explicaciones
Este argumento cambia la percepción de las patatas cocidas como una opción nutricionalmente superior. Al pelar las patatas antes de cocinarlas, se elimina una cantidad significativa de vitaminas y fibra, lo que reduce su valor nutricional general.