A pesar de la creciente popularidad de las dietas proteicas y ricas en grasas en los últimos tiempos, el método de reducir la ingesta de grasas sigue siendo una alternativa sólida para aquellos que buscan adelgazar sin comprometer su bienestar. Esta dieta que os mostraremos pueden ayudarte.
En esencia, una dieta baja en grasas se caracteriza por limitar la cantidad de grasas a menos del 30% de las calorías totales ingeridas. Por ejemplo, en una alimentación de 1,500 calorías diarias, se consumirían menos de 450 calorías (o aproximadamente 50 gramos) en forma de grasas.
Es fundamental destacar que no todas las grasas son iguales. Existe una distinción importante entre las grasas saludables, como las grasas vegetales o insaturadas, y las grasas menos saludables, como las grasas animales o saturadas.
La elección de grasas adecuadas desempeña un papel crucial en la efectividad y la seguridad de una dieta baja en grasas. Las dietas bajas en grasas se fundamentan en la restricción calórica, ya que cada gramo de grasa proporciona aproximadamente nueve calorías, más del doble de lo que ofrecen los carbohidratos y las proteínas.
Además de la pérdida de peso, una dieta baja en grasas también puede disminuir la cantidad de grasas saturadas que se consumen diariamente, lo que beneficia la salud en general. Terica Uriol, experta en nutrición, enfatiza la importancia de moderar incluso las grasas saludables, como el aceite de oliva, en personas con sobrepeso.
No pierdas la oportunidad.
Más consejos
La clave del éxito detrás de las dietas bajas en grasas radica en su enfoque en la reducción de calorías a través de la restricción de grasas.