El mundo de la numismática nos brinda la oportunidad de explorar la historia a través de pequeños tesoros de metal. En España, dos monedas en particular han capturado la atención de coleccionistas y expertos, tanto por su rareza como por su valor histórico.
Una de estas monedas es la moneda de 20 pesetas de Alfonso XIII. Aunque su origen se remonta a 1887, esta moneda fue acuñada nuevamente en 1962. Lo fascinante es que se utilizó la misma técnica original para su fabricación, pero con un cambio crucial: se eligieron nuevos ensayadores para distinguirla del ejemplar original. Esto la hace destacada en el mundo de la numismática.
La pieza presenta el perfil del rey Alfonso XIII en su anverso, y en su reverso, el escudo oficial de la época. Su valor en el mercado numismático ha alcanzado una impresionante cifra de 1.900 euros. Esta moneda no solo es un tesoro en términos de valor material, sino que también representa un vínculo directo con la historia de España y sus reinados, por eso es tan valorada por los coleccionistas.
Los coleccionistas buscan con fervor una de estas monedas.
Otra de las monedas destacadas que ha cautivado la atención en España es la peseta acuñada en 1946. Esta moneda es una edición limitada, de la cual solo se fabricaron 800 ejemplares en total. Su rareza la convierte en una pieza de alto valor en el mercado del coleccionismo.
Diseño y valor
Diseñada por el renombrado escultor Mariano Benlliure y Gil, estas monedas presentan el rostro del líder de la época, Francisco Franco. Su valor en el mercado numismático es asombroso, con expertos dispuestos a pagar hasta 2.400 euros por esta pieza histórica. Más allá de su valor económico, esta moneda es un testimonio tangible de la España de entonces y un recordatorio de los acontecimientos históricos que marcaron esa época.