"Seven" se destaca como uno de los 'thrillers' más icónicos en la historia del cine, y su inesperado desenlace dejó una huella perdurable en toda una generación. Sin embargo, este final podría haber tomado un rumbo muy diferente de no ser por la firme negativa de Brad Pitt y David Fincher, quienes, respectivamente, desempeñaron los roles de protagonista y director de la película. A pesar de las persistentes sugerencias de los productores para realizar cambios de último minuto en el guion, Pitt y Fincher se mantuvieron inquebrantables en su decisión.
Alerta de 'spoiler'
"Seven" se estrenó en febrero de 1996 y rápidamente se convirtió en un éxito de taquilla. Tanto la crítica como el público en general elogiaron la película, especialmente la impactante secuencia final en la que el personaje de Pitt, el detective Mills, y el de Morgan Freeman, el detective Somerset, abren una caja enviada por John Doe, el antagonista interpretado por Kevin Spacey. En su interior, encuentran la macabra sorpresa de la cabeza de Tracy, la esposa embarazada de Mills, interpretada por Gwyneth Paltrow.
El impacto, la ira, el desconcierto y la sorpresa que generó este desenlace no tenían precedentes y se debieron a la inflexible determinación de Brad Pitt y David Fincher de mantener intacta la visión original de la película. Este era el final que deseaban y no estaban dispuestos a ceder ante ninguna sugerencia de modificación. Una de las alternativas que les propuso la producción fue que John Doe secuestrara a Tracy y que, después de un enfrentamiento lleno de tensión, los detectives lograran rescatarla.
A Brad Pitt no le agradó en absoluto esta opción, por lo que fue descartada de inmediato. Otra propuesta alternativa para "Seven", mencionada por "Entertainment Weekly" y recogida por "Fortogramas", consistía en que, en lugar de la cabeza de Tracy, la caja contuviera la cabeza del perro de la pareja. Sin lugar a dudas, esta modificación del guion habría suavizado una de las películas más impactantes de los años noventa.
Un tercer final alternativo planteaba que Somerset fuera quien acabara con la vida de Doe después de descubrir la cabeza de Tracy en la caja. De haberse concretado este desenlace, no se habría reflejado el séptimo pecado capital, que se relaciona con la ira que lleva a Mills a tomar venganza contra el personaje de Spacey.
Por último, un cuarto desenlace que se consideró difería significativamente del que finalmente vimos en la película. En esta versión, John Doe lleva al detective Mills a una iglesia, lo marca con una cruz y le quita la vida, mientras que el personaje de Gwyneth Paltrow sobrevive.
Afortunadamente, Brad Pitt y David Fincher lucharon incansablemente para preservar el impactante final que se ha convertido en uno de los más memorables de los últimos 30 años en la historia del cine. Por él, "Seven" es un clásico indiscutible que jamás pasará de moda.