Entrar en el mundo de la numismática es cada vez más atrayente para aquellos que quieren invertir. Monedas que antes parecían tener un valor ínfimo hoy se están valorando incluso en millones de euros. Algunos aficionados a esta disciplina simplemente comienzan por amor a la historia. Si quieres iniciarte, tienes que saber que las piezas romanas son las reinas para muchos coleccionistas por dos poderosas razones: su belleza y su riqueza histórica.
Según registra Javier Mercado en “coleccionistasdemonedas.com”, hay dos periodos históricos que hay que tener en cuenta: la República romana y el Imperio romano. Un coleccionista puede tener monedas de uno de esos ciclos o de los dos. Algunas de las piezas más importantes son las AEs o Ae o As romanas, ejemplares del Bajo Imperio romano que designan a cualquiera que tenga una proporción de cobre.
Entre las monedas romanas más importantes también tenemos a Antoniano, Assarion o assaria, aureliano, denario aureo, binio, calco, centenional o centenionalis, denario ibérico.
El período imperial suele ser más interesante en la mayoría de sus anversos.
El período imperial suele ser más interesante en la mayoría de sus anversos porque aparece el busto de los emperadores que reinaban en el momento de su acuñación.
Es una manera sencilla de escoger solo ejemplares de gobernantes por los que se tenga especial afinidad o identificar en qué momento de la historia circularon.
Cómo reconocer el momento histórico si no tiene al gobernante
Si las monedas que encuentras no tienen el busto del emperador, hay una leyenda en latín en el anverso o reverso que te puede ayudar a identificar mejor la moneda que tienes. Casi todas las casas de subastas y comerciantes identifican estas piezas con el RIC, un número asignado a cada moneda.