En el transcurso de menos de un mes, la reina Letizia se ha visto involucrada en una intrigante trama que ha desatado una polémica en torno a supuestos mensajes de su excuñado, Jaime del Burgo. Este acontecimiento, ocurrido a principios de diciembre, ha desencadenado un notorio cambio en la percepción pública hacia la monarca.
Aunque los mensajes en cuestión, publicados en el antiguo perfil de X, anteriormente llamada Twitter, de Jaime del Burgo, sugerían un lazo especial entre la reina Letizia y su excuñado en el pasado, su credibilidad ha sido objeto de debate.
Desde ese momento, el tema ha sido objeto de constante especulación, reviviendo el lazo de Jaime del Burgo con Telma Ortiz y llevando a expertos en Casa Real, como Pilar Eyre, a compartir sus opiniones al respecto. La periodista, en su blog en la revista "Lecturas", afirmó que la conexión entre la reina Letizia y su excuñado era de larga data, llegando incluso a afirmar que Jaime del Burgo participó en la redacción de las capitulaciones previas al matrimonio real.
A medida que se intensificaba la discusión en torno a la divulgación de estos mensajes, surgieron teorías sobre las posibles razones detrás de su revelación.
El escándalo va escalando.
Pilar Eyre sugiere que un grupo de nostálgicos y conocidos de la infancia, algunos catalanes, unidos por posibles descontentos con la reina Letizia, habrían orquestado la difusión de los mensajes como una forma de desprestigiarla, mencionando incluso la posible influencia del rey Juan Carlos.
Más planes
Además, durante el escándalo, se ha revelado un plan privado de los reyes Felipe y Letizia, quienes aprovecharon de una noche de teatro en Madrid. Este hecho, aunque no es habitual conocer detalles de sus actividades privadas, se hizo público en un momento estratégico, coincidiendo con la controversia de los mensajes de Jaime del Burgo, subrayando la unión de la pareja y su aparente indiferencia ante la situación.