Adentrándonos en el fascinante mundo de la numismática, descubrimos que ciertos billetes de peseta no solo son reliquias históricas, sino auténticos tesoros que pueden traducirse en ganancias extraordinarias para los coleccionistas.
Un ejemplo destacado son los billetes emitidos el 1 de julio de 1874, en denominaciones de 25, 50, 100, 500 y 1.000 pesetas. Estas piezas, más que simples fragmentos de papel, pueden alcanzar un asombroso valor de hasta 30.000 euros en el mercado del coleccionismo.
El billete de 500 pesetas de 1874, en particular, se erige como una joya rara. Con solo 19.500 unidades en circulación, su valor se sitúa entre los 15.000 y 20.000 euros, variando según su estado de conservación, y se categoriza como uno de los más demandados de la numismática.
Estos son los billetes más valorados de la numismática.
Otro de los billetes que puede transformarse en una inversión lucrativa que cautiva la atención de los coleccionistas es el billete de 500 pesetas de 1903. Su diseño, adornado con la figura del dios Mercurio que luce un casco alado sobre un globo terráqueo, flanqueado por un caduceo y monedas, lo convierte en una pieza única.
Valor
Uno de estos billetes, en excelente estado, puede ascender a un valor impresionante de hasta 20.000 euros, con una estimación mínima de 15.000 euros. Esto ofrece una oportunidad única de obtener ingresos extra a través del coleccionismo de billetes.
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