Los reyes, tanto el rey Felipe como la reina Letizia decidieron sumergirse en una de sus pasiones, el cine, el pasado viernes 26 de enero en Madrid. La pareja real, como cualquier otra, se aventuró en solitario a una sala de la capital para disfrutar de una actividad que no practicaban desde hacía bastante tiempo, cuando aún estaban con sus dos hijas en familia.
Este acontecimiento revela un aspecto más cotidiano de su vida, destacando que, a pesar de su posición, son una pareja común y corriente. A lo largo de los años, han sido avistados varias veces asistiendo a estrenos cinematográficos, siempre optando por la versión original, ya sea solos o acompañados por sus hijos, mostrando su aprecio por el séptimo arte. La reina Letizia, de este modo, se muestra definitivamente cerca de Felipe para demostrar que su amor está intacto.
Lo que sí ha trascendido es el modo en que llegaron al cine, ya que algunos espectadores aprovecharon sus dispositivos móviles para capturar el momento en varias fotografías. Al parecer, la llegada de Felipe VI y la reina Letizia al establecimiento tomó por sorpresa tanto a empleados como a espectadores, ya que no realizaron una entrada anunciada con antelación, algo que no acostumbran a hacer.
Ambos luego se dirigieron directamente a la taquilla para adquirir sus entradas para la sesión de la tarde y, una vez en posesión de estas, se dirigieron a comprar refrescos. Fue en este instante que algunos presentes los grabaron, tanto adquiriendo las bebidas, responsabilidad que asumió la reina, como entregando los boletos para acceder a la proyección.
Una salida al cine que nadie esperaba.
Para esta salida informal, eligieron atuendos adecuados, es decir, cómodos y casuales. La reina Letizia optó por un abrigo y un tono más opaco, y jersey a juego, complementando el conjunto con un bolso del mismo tono que llevó cruzado y unas botas.
La pareja sola y fortalecida
La partida de Leonor a la Academia Militar de Zaragoza y de Sofía al UWC International College de Gales, donde cursa bachillerato, los ha dejado solos en casa. Por primera vez en 18 años, los Reyes experimentan la soledad cotidiana en el Pabellón del Príncipe, su residencia a un kilómetro del Palacio de la Zarzuela, excluyendo al personal de servicio.
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