Recientemente, un fenómeno inusual en el mundo de la numismática ha capturado la atención de coleccionistas y entusiastas de las monedas en todo el mundo.
Algunas monedas francesas antiguas, que anteriormente se consideraban comunes, han visto su valor dispararse, convirtiéndose en auténticas fortunas. Monedas emitidas en las décadas del 19 y 20, como los francos de plata, ahora se están vendiendo por cifras sorprendentes en subastas.
Un ejemplo destacado es el franco de oro de 20 francos, que en perfectas condiciones puede alcanzar precios de hasta 1.500 euros. Estas monedas, emitidas entre 1803 y 1914, eran utilizadas como moneda circulante y están siendo redescubiertas por coleccionistas que buscan piezas raras para añadir a sus colecciones. A pesar de su antigüedad, muchas de estas monedas han sobrevivido en excelente estado, lo que incrementa su atractivo para los inversores.
Estas monedas, emitidas entre 1803 y 1914.
Las subastas en línea se han convertido en plataformas clave para la compra y venta de estas monedas, con miles de coleccionistas dispuestos a pujar por ellas. Algunos lotes han alcanzado cifras que superan los 3.000 euros, lo que demuestra el alto interés que existe en el mercado de monedas.
¿Cuándo comenzó a crecer?
Con la pandemia y el aumento de la digitalización, el mundo de la numismática se ha transformado. La búsqueda de monedas raras y valiosas se ha intensificado, y muchas monedas francesas están ahora en el centro de atención. Los coleccionistas, tanto novatos como experimentados, están redescubriendo un patrimonio que, con el tiempo, se ha apreciado notablemente.
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