La escoba es una herramienta esencial en el hogar. Sin embargo, pocas veces nos ocupamos de su limpieza. Al estar en contacto con todo tipo de suciedad, polvo y bacterias, pueden convertirse en un foco de contaminación si no se desinfectan adecuadamente. Afortunadamente, existen formas sencillas de mantenerlas limpias y libres de gérmenes.
El primer paso es retirar cualquier residuo de polvo, pelos o basura atrapada entre las cerdas de la escoba. Para una limpieza básica, necesitaremos agua caliente con un poco de jabón líquido o detergente suave. Luego debemos sumergir las cerdas en el agua y frotar suavemente con las manos o un cepillo viejo para eliminar la suciedad acumulada.
Se recomienda dejar la escoba en remojo durante unos minutos para que el agua y el jabón hagan su trabajo, y luego enjuagar con agua limpia. Después, es importante desinfectar la escoba para eliminar cualquier bacteria que pueda haber quedado.
Para esto último, una opción es utilizar agua oxigenada, conocido por ser un potente desinfectante natural. Se debe llenar un recipiente con agua, añadir una taza de agua oxigenada al tres por ciento y dejar sumergir las cerdas de la escoba durante al menos 10 minutos. También podemos utilizar alcohol, rociándolo directamente sobre las cerdas y dejándolo actuar por unos minutos antes de enjuagar.
"El agua oxigenada es conocido por ser un potente desinfectante natural".
Para los malos olores
Cuando la escoba acumula malos olores debido al uso continuo, el bicarbonato de sodio es una solución efectiva. Después de lavar las cerdas, se debe espolvorear una cantidad generosa de bicarbonato sobre ellas y dejarlo actuar durante unos 15 minutos. Luego, sólo debemos sacudir el exceso y enjuagar nuevamente con agua.
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