En los últimos días, una conmovedora imagen ha captado la atención de los seguidores de Rocío Jurado: un centro de flores sobre su tumba en el cementerio de Chipiona, acompañado de una dedicatoria de su hija Rocío Carrasco. Este gesto ha generado una ola de sorpresas y especulaciones tanto entre los admiradores de la artista como en su familia, que han comenzado a discutir sobre las implicaciones de esta visita.
José Ortega Cano, expareja de Rocío Jurado, ha sido uno de los primeros en reaccionar a este gesto, afirmando que Rocío Carrasco "tiene las puertas abiertas". Con estas palabras, el torero se ha esforzado en aclarar que no existen obstáculos para que Rociito a su madre en el cementerio, un lugar que siempre será sagrado para la familia.
"Tiene las puertas abiertas".
Ortega Cano también ha abordado las recientes especulaciones sobre las flores dejadas por Rocío Carrasco, asegurando que ha realizado visitas personales al cementerio en los últimos meses, lo que refuerza su deseo de mantener viva la memoria de Rocío Jurado. "Mis visitas son personales", ha subrayado, dejando claro que cada momento es valioso y personal.
En un tono más optimista, Ortega ha compartido su actual felicidad sin entrar en detalles sobre su vida amorosa, enfatizando que "está en la mejor edad". Rocío Carrasco, en este contexto, parece haber encontrado la manera de conectarse emocionalmente con el legado de su madre a través de estos gestos significativos.
Un buen rollo familiar
Finalmente, el torero ha expresado su bienestar familiar y su buena relación con Ana María Aldón, resaltando que su estabilidad emocional impacta positivamente en su hijo. Así, la figura de Rocío Carrasco continúa presente en la familia Ortega Cano.
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