El coleccionismo de monedas es una fascinante aventura que combina historia, arte y valor económico, y algunos ejemplares han logrado alcanzar cifras impresionantes en el mercado. Entre ellos destacan tres monedas emblemáticas que, gracias a su rareza y estado de conservación, han capturado la atención de coleccionistas y entusiastas de la numismática.
La primera de las monedas que se destaca es la moneda de 25 centavos de 1962-D, acuñada en la Casa de la Moneda de Denver, se ha convertido en un verdadero ícono dentro del coleccionismo.
Con la imagen de George Washington en el anverso y un majestuoso águila en el reverso, su valor radica en su extraordinario estado de conservación. Un ejemplar que alcanzó la calificación de MS68 fue vendido por 18.400 dólares en 2012, demostrando que la calidad puede hacer que una moneda común se convierta en un verdadero tesoro.
Otras de las monedas codiciadas por los coleccionistas es la moneda de 25 centavos de 1965. A pesar de tener un diseño similar al de su predecesora, su escasez en ese año la convierte en una pieza codiciada. Un cuarto de dólar en condición BU (brillante sin circular) puede alcanzar un valor que supera los 12.000 dólares.
En el mundo, estas son algunas de las monedas más valoradas por los numismáticos.
La inesperada valía del centavo de 1960
Increíblemente, incluso las monedas de menor denominación pueden alcanzar cifras asombrosas. La moneda de 1 centavo de 1960 es un ejemplo perfecto. Aquellas que carecen de una marca de ceca, es decir, la pequeña letra que indica su lugar de acuñación, son altamente valoradas. Un ejemplar en excelente estado puede alcanzar los 2.600 dólares.
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