El coleccionismo de sellos postales, conocido como filatelia, ha cautivado a millones de personas en todo el mundo desde su auge en el siglo XIX. Aunque los sellos españoles no suelen alcanzar los precios astronómicos de sus contrapartes internacionales, existen piezas que son altamente valoradas y que han alcanzado cifras impresionantes en subastas, debido a su historia, rareza y condición.
Uno de los sellos postales más codiciados por los coleccionistas es el sello bermellón de 2 reales de 1853, que se destacó en la subasta de 2010 al alcanzar un precio récord de 6.575 euros. La razón detrás de su alto valor radica en la fragilidad del papel en el que fue impreso.
Este material era tan delicado que era casi imposible conservar el sello con su goma original intacta, lo que convierte a los ejemplares en buen estado en auténticas piezas raras. La rareza de este sello lo convierte en una joya en el mercado del coleccionismo, que ha sido reconocido por su valor tanto material como histórico.
Otro de los sellos postales que atrae la atención de los amantes de la filatelia es el sello de Alfonso XIII de 1889, que muestra al rey Alfonso XIII en su niñez. Este sello es una pieza clave que evoca una época trascendental en la historia de España, y su valor no solo proviene de su rareza, sino también de su simbolismo histórico.
Estos son dos de los sellos postales más valorados de la filatelia española.
Valorado
En una subasta realizada en 2009, uno de estos sellos postales alcanzó el precio de 1.027 euros, una cifra considerable dentro del mercado filatélico español. La importancia histórica del sello, junto con la condición en que se encuentre, son factores que influyen directamente en su valor.
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