Lo que comenzó en los años 90 como un simple juego de intercambio ha evolucionado hasta convertirse en un fenómeno global, donde las cartas Pokémon no solo son un objeto de coleccionismo, sino también una inversión.
Si alguien duda de su poder en el mercado del coleccionismo, basta con mirar lo sucedido en una reciente subasta en The Lichfield Auction Centre, en Staffordshire, donde una colección de cartas raras alcanzó la increíble suma de 55.000 libras (aproximadamente 64.000 euros), mucho más de lo que se había estimado en un principio.
Es fascinante cómo algo tan aparentemente simple como un mazo de cartas puede despertar tanto fervor. La colección subastada contenía nada menos que 2407 cartas, que incluían desde sets completos hasta los codiciados "master sets", que contienen todas las variantes posibles de cada serie.
Esta es precisamente la clave del valor de las cartas: su rareza. Mientras muchos de nosotros crecimos coleccionando con nostalgia, hoy en día esos mismos objetos se han transformado en verdaderas piezas de coleccionismo, de las que solo algunos afortunados pueden presumir.
Hasta 64.000 euros o más es lo que llegan a pagar los coleccionistas.
Valor emocional
Richard Winterton, experto en coleccionismo y el subastador que estuvo al frente de la venta, lo dejó claro: la calidad de estas cartas es excepcional. No se trata solo de piezas que han sobrevivido al paso del tiempo, sino que cada una tiene una historia, un valor emocional que va más allá de su cotización en libras o euros. Pero no solo se trata de nostalgia, sino de una nueva generación de coleccionistas dispuestos a pagar cifras astronómicas por tener en sus manos un pedazo de esa historia.
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