Entre los años 1722 y 1750, Portugal emitió una moneda de 800 reales confeccionada en oro, que pesaba 1.8 gramos y tenía un diámetro de 16 milímetros. Actualmente desmonetizada, esta moneda presenta una efigie de Juan V en su anverso, mientras que en el reverso se destaca un escudo coronado, cuyas finas y complejas detalles fascinan a coleccionistas de todo el mundo.
Los atributos de la moneda, como su diseño intrincado, no solo aumentan su valor histórico y cultural, sino también su impresionante valor estético. La serie fue acuñada en varias localidades, incluyendo Lisboa, Bahía, Vila Rica y la Casa de la Moneda de Brasil. A lo largo de los años, se emitieron miles de ejemplares, pero hoy día, debido a su escasez y al interés creciente de los coleccionistas, se ha convertido en una pieza de gran demanda en subastas.
Los precios han fluctuado considerablemente, dependiendo de la condición y el lugar de la subasta, alcanzando cifras elevadas en los últimos años. En 2022, un ejemplar de esta moneda fue vendido por 480 euros, mientras que en 2021 el precio alcanzó los 686 euros.
En 2023, otro ejemplar se vendió por 411 euros. Estos números reflejan cómo el mercado de monedas antiguas sigue siendo un ámbito en el que la historia, el arte y la economía se entrelazan de manera impresionante. La demanda por estas monedas ha demostrado ser una constante a lo largo del tiempo.
Lo más sorprendente es que actualmente, un ejemplar de esta misma moneda se encuentra a la venta en una plataforma online por 1.274 dólares, lo que resalta la continua apreciación del valor de esta pieza histórica. Este precio se traduce aproximadamente en 1.205 euros, destacando una notable revalorización en un mercado cada vez más globalizado y competitivo.
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