El billete de 10 pesetas del 21 de noviembre de 1936, comúnmente conocido como el "Diez Pesetas Burgos", emerge como un símbolo tangible del conflicto civil español y el régimen de Franco, destacando por sus características únicas que lo convierten en una pieza codiciada por coleccionistas de todo el mundo.
Lo que distingue a este billete es su diseño inconfundible, marcado por tonalidades verdes y marrones que reflejan fielmente el contexto histórico en el que fue emitido. Esta singularidad, junto con su emisión en tiempos de conflicto y su escasa supervivencia, han contribuido a su condición de rareza, elevando su valor en el mercado numismático a cifras impresionantes.
Según datos de expertos, la demanda de esta reliquia ha impulsado su cotización hasta alcanzar los 9.000 euros, convirtiéndolo en un objeto de deseo para coleccionistas y aficionados a la historia por igual. Este precio elevado refleja no solo la escasez, sino también su profundo significado histórico.
Más allá de su valor financiero, este billete representa una ventana única hacia el pasado, ofreciendo una mirada profunda a través de un objeto físico cargado de historia. Su diseño y contexto histórico son testimonios vivos del conflicto civil y el régimen de Franco, por lo que es atesorado en el mundo del coleccionismo.
Han llegado a pagar hasta 9.000 euros por este ejemplar.
Conexión con el pasado
La búsqueda de este billete en rincones olvidados de nuestras casas adquiere un nuevo significado, ya que cada ejemplar encontrado no solo representa un hallazgo numismático, sino también la oportunidad de conectar con el pasado y preservar un pedazo de historia para las generaciones futuras.
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