Dentro del mundo del coleccionismo de billetes, algunos ejemplares de 1 dólar se destacan por su increíble valor y singularidad, atrayendo la atención de coleccionistas y entusiastas por igual. Uno de estos tesoros es el billete de 1 dólar de 1890, cariñosamente conocido como el billete "Grand Watermelon" (Gran Sandía).
Este apodo peculiar de este billete proviene de la forma en que los ceros en su diseño se asemejan a las semillas de una sandía. La rareza de este billete es excepcional, tanto que en una subasta numismática realizada en 2018, se vendió por una asombrosa cifra que superó los 3 millones dólares.
Otro billete que brilla con luz propia en el mundo del coleccionismo es el billete de 1 dólar de 1869, famoso por su sobrenombre, el "Rainbow Note" (Nota del Arco Iris). Este ejemplar es excepcionalmente raro debido a su diseño único, que exhibe una amplia gama de colores brillantes.
Estos son los billetes más valiosos del mercado numismático.
En una subasta celebrada en 2019, este espectacular ejemplar alcanzó un precio superior a los 2 millones de dólares, consolidando su posición como una pieza codiciada por coleccionistas de todo el mundo.
Otros factores
Además de estos ejemplares destacados, existen otros factores que pueden aumentar el valor de un billete de 1 dólar. Errores de impresión como impresiones dobles, desplazamientos en la posición de las impresiones o cortes irregulares son elementos que añaden un atractivo adicional a estos objetos de colección.
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