La renombrada casa de subastas Künker llevó a cabo a finales del año pasado una subasta extraordinariamente exitosa, en la que se remataron numerosas joyas numismáticas pertenecientes a la prestigiosa colección de Lodewijk S. Beuth. En este contexto, las monedas ofrecidas cambiaron de manos por valores que sorprendieron incluso a los expertos más avezados en la materia.
Entre las monedas destacadas, sobresalió un ejemplar de 3 florines de 1817 de los Países Bajos, cuya estimación inicial era de 30.000 euros. Sin embargo, fue adquirido por la asombrosa suma de 100.000 euros, según informa "Coinweek".
En tanto, un patrón "muy raro" de plata de 25 céntimos de 1817, también procedente de los Países Bajos, se vendió por 110.000 euros, mientras que un patrón de cobre de un centavo, datado en 1818, alcanzó la misma cifra que el caso anterior.
El elevado valor de este último se debe a la escasez de ejemplares de esta índole, ya que se acuñaron muy pocas piezas. Por otro lado, un patrón de plata de 10 centavos, también de 1818, fue adquirido por 120.000 euros.
Éxito rotundo de Künker
En la misma subasta de monedas, un florín neerlandés de 1867 se vendió por 150.000 euros, superando las estimaciones de venta que rondaban los 50.000 euros. Otra de estas monedas neerlandesas que superó las expectativas fue la de 20 florines de 1808, catalogada como "extremadamente rara", adjudicada por 180.000 euros.
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