El mercado numismático es una fuente de ingresos exorbitantes a nivel global, siendo las casas de subastas un pilar fundamental al descubrir constantemente raras monedas antiguas que captan el interés de los astutos coleccionistas.
Un ejemplo de la infatigable pasión por las monedas de antaño fue la venta, en 2021, de una moneda de cinco libras de 1937 que presenta la efigie de Eduardo VIII en uno de sus lados. El medio "Antiques and the Arts" informa que esta pieza de oro es uno de los pocos ejemplares británicos acuñados para conmemorar a dicho monarca.
El metálico fue subastado por Heritage Auctions y, para sorpresa incluso de los expertos más destacados en la materia, se vendió por la asombrosa cifra de 2.280.000 dólares, lo que equivale a 2,12 millones de euros. Este cambio de propiedad marcó un récord, convirtiendo esta moneda británica en la más cara del mundo.
Otra pieza destacada en el ámbito numismático es el Liberty Head V Níquel de 1913, de origen estadounidense. Según "Bank Rate", una de estas monedas se vendió en 2022 por la impresionante suma de 4,2 millones de dólares, mientras que en 2018 otra unidad del mismo tipo se adjudicó por 4,56 millones de dólares.
Es importante mencionar, en el ámbito de las monedas de alto valor, que un doblón Brasher de 1787, según informa "Coin World", fue vendido hace dos años en una subasta celebrada en Dallas, como parte de la colección Donald G. Patrick, por 9,36 millones de dólares. Previamente, esta pieza había sido vendida por en 5 y 7,4 millones de dólares.
En definitiva
El mercado de la compra y venta de monedas con un gran valor histórico y simbólico genera millones en todo el mundo. Además, es importante destacar que algunos metálicos no tan antiguos que podríamos tener guardadas en algún rincón de nuestra casa pueden adquirir cada vez más valor con el paso del tiempo, por lo que se aconseja conservarlos.
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