El coleccionismo de sellos postales es una afición que ha cautivado a personas de todas las edades y procedencias durante generaciones. Más allá de ser simples piezas de papel adheridas a sobres, los sellos postales encierran historias fascinantes, representan momentos clave de la historia y la cultura de los países emisores y, en algunos casos, pueden convertirse en valiosos tesoros.
Uno de los episodios más destacados en la historia del coleccionismo de sellos postales es la emisión del sello de la reina Isabel II de España en los siglos XIX y XX. En particular, dos emisiones, una en 1851 y otra en 1866, han capturado la atención de coleccionistas y expertos en filatelia debido a su singularidad y valor histórico.
La emisión de la reina Isabel II de 1851 es un hito en la historia postal de España. Este sello, caracterizado por el retrato de la monarca en el centro, estuvo en circulación por tan solo un año, lo que lo convierte en una pieza excepcionalmente rara. Conocido por su elegancia y escasez, este sello es objeto de interés para coleccionistas de todo el mundo.
Otro de los sellos postales destacados tiene que ver con la emisión de 1866 de la reina Isabel II que destaca por su diseño único y su utilidad práctica. Impresa con el diseño de los Sellos Centrales, esta emisión consta de cuatro sellos en una hoja, con el retrato de la monarca en el centro, lo que eleva su valor en el ámbito del coleccionismo.
Distintas emisiones
Estos sellos postales, concebidos para sobres de mayor tamaño, se emitieron en denominaciones de 12 cuartos, 20 cuartos y 10 reales. A pesar de su propósito funcional, hoy en día se han convertido en codiciados objetos de colección, con series completas que pueden alcanzar valores de miles de euros en el mercado.
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