El Baile de la Rosa, un despliegue de glamur y elegancia, marca el inicio de la primavera en Mónaco. La familia Grimaldi, de esta manera, encabezada por la princesa de Hannover, se deslumbra en esta célebre celebración con unos looks sorpresivos. Sin embargo, la princesa Carolina de Mónaco ha sido el centro de atención en cada edición del baile.
Desde sus inicios en 1954, por solicitud del príncipe Rainiero, la celebración se ha convertido en un evento solidario bajo el patrocinio de la Fundación Princesa Grace, dirigida por Carolina de Mónaco tras la partida de su madre, la princesa Grace, identificando todo en los looks más llamativos.
El aspecto visual del baile siempre ha sido destacado, con la moda desempeñando un papel crucial. Carolina de Mónaco, conocida por su elegancia en los looks, ha sido una fija en vestidos de Chanel en años anteriores.
En la edición de Bollywood del año pasado, Carolina deslumbró con un vestido de lentejuelas plateadas con toques llamativos, un diseño excepcionalmente deslumbrante.
Las opciones son diversas.
Luego, tras la partida de Karl Lagerfeld, quien había dirigido la gala durante años, la princesa Carolina de Mónaco le rindió homenaje con un vestido con volantes, una pieza de la colección de looks de alta costura de Chanel, para continuar con la tradición.
Su postura firme
La historia de Carolina en el Baile de la Rosa es una de elegancia, estilo y tributos conmovedores, capturando la atención de todos los presentes y dejando una huella imborrable en el mundo de la moda y la sociedad monegasca, por eso aprovecha estos comienzos para llamar la atención.
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