La reina Sofía pasó un día genial en Málaga durante la Semana Santa. Acompañada de su hermana Irene y viendo las procesiones, aprovechó mucho. Se sumergió en el ambiente festivo, observando con emoción las tradiciones locales.
Aunque no era la primera vez de la reina Sofía en esta celebración, siempre encuentra algo nuevo que le encanta. Después de la procesión, el equipo de la reina decidió ir a un restaurante para almorzar. Optaron por el Chiringuito Rocamar, ubicado en el Paseo Marítimo de Málaga.
Allí, fueron recibidas con aplausos por el personal y los clientes presentes. La reina Sofía se mostró muy amable y cercana, saludando a todos con una sonrisa. Se esperaba que aprovechara de los típicos espetos de sardinas de la zona, pero sorprendió a todos al elegir un menú más ligero y saludable.
Su elección reflejaba su interés por mantener una alimentación equilibrada, siguiendo los pasos de su nuera, la reina Letizia.
La mujer está lista para seguir adelante con sus planes.
Durante su visita al restaurante, la reina Sofía se tomó fotografías con algunos clientes y conversó animadamente con ellos. Incluso se detuvo para felicitar a un cliente por su cumpleaños, un gesto que fue muy apreciado por todos los presentes.
La experiencia
La presencia de la reina añadió un toque de distinción y alegría a la experiencia de los clientes. Su visita fue celebrada y recordada con cariño por todos los presentes.
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