Los objetos de metal que tenemos en casa, ya sea por su antigüedad o porque están en constante contacto con el agua, suelen oxidarse, presentando molestas manchas de tono amarronado que resultan desagradables a la vista. Sin embargo, para alegría de muchos, existen algunos trucos para eliminar el óxido.
Muchas personas creen que, una vez que aparecen estos moteados de óxido, esos objetos deben ser descartados. Nada más lejos de la realidad. Una fórmula para darle una segunda vida a estos elementos comienza con el simple remojo de la zona afectada con vinagre blanco y unas gotas de lavaplatos.
Es ideal que prepares la mezcla de ambos productos en un recipiente y la conjugues bien, luego la guardes en un tarro con rociador, lo cual te ayudará a ser preciso al momento de mojar con la preparación los elementos que presentan manchas de óxido.
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Una vez que el elemento de metal percudido esté mojado, toma un trozo de papel aluminio y hazlo una bolita: te servirá como una especie de lija, la cual aplicarás con fuerza moderada sobre el área con óxido, el cual, lentamente, comenzará a desaparecer. Además, el papel aluminio ayudará a evitar que se raye el objeto.
Otras opciones
Hay quienes, en lugar del truco del vinagre, lavaplatos y papel aluminio, optan por cubrir la zona con óxido con sal, echándole luego jugo de limón y, acto seguido, proceden a raspar con un cepillo hasta quitar las manchas. El bicarbonato de sodio y agua también puede resultar ideal para retirar el óxido: aplícalo, espera unos minutos y comienza luego a restregar la zona afectada con una esponja.
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