Limpiar el horno puede ser una tarea desafiante, especialmente cuando se enfrenta a la grasa rebelde y a métodos ineficaces. Sin embargo, existen varias opciones efectivas que pueden hacer que esta tarea sea más manejable y menos estresante.
Una de las opciones más populares es limpiar el horno utilizando una mezcla de vinagre y bicarbonato. Para ello, combina 10 cucharadas de bicarbonato de sodio con tres cucharadas de vinagre y cuatro cucharadas de agua caliente.
Una vez que obtengas una pasta cremosa, aplícala sobre las áreas sucias del horno y déjala actuar durante varias horas. Luego, retira la pasta con una esponja para revelar un horno limpio y reluciente. Otra opción efectiva es utilizar agua hirviendo para aflojar la grasa y los residuos adheridos a las partes removibles del horno.
Retira estas partes y elimina el exceso de grasa con un papel. Luego, sumérgelas en un recipiente con agua hirviendo, al que puedes agregar un poco de bicarbonato o detergente. Después de un tiempo, retira las partes con cuidado y lávalas para eliminar cualquier residuo restante.
De esta manera, tu horno quedará completamente limpio.
El poder del limón
El limón es otro aliado en la limpieza del horno, gracias a sus propiedades desengrasantes y su agradable aroma. Utiliza el zumo y la cáscara de limón colocando agua en las bandejas a limpiar y sumergiendo las partes del horno en el líquido. Luego, enciende el horno a alta temperatura durante media hora. Una vez transcurrido el tiempo, retira las partes y lávalas con agua para eliminar la grasa y disfrutar de un ambiente fresco en tu cocina.
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