Muchos se preocupan por dejar sus plantas sin agua cuando van de casa por unos días. Pero ahora no te preocupes más con esta solución ingeniosa y fácil de reciclar esas botellas de vino que ya no necesitas para convertirlas en un sistema de riego automático.
La jardinería puede ser un pasatiempo relajante, pero la preocupación por el riego adecuado puede ser un dolor de cabeza, especialmente si tienes que estar fuera de casa por un tiempo. Este truco de reciclaje traerá a tus plantas felices y saludables incluso cuando no estás cercas para cuidarlas.
Lo primero que debes hacer es reunir varias botellas vacías, luego límpialas bien y quita sus etiquetas. Después, prepara el sustrato de tus plantas haciendo un pequeño agujero en la tierra. Entierra el cuello de la botella en este agujero, asegurándose de que no llegue hasta las raíces para no dañarlas.
Ahora viene la parte importante que es el riego constante. Por eso, llena las botellas con agua y colócales un pico vertedor para controlar el flujo de líquido. Si no tienes un pico vertedor, puedes hacer un pequeño agujero en la tapa de la botella y usarla como regulador.
Cuida tu queridas plantas estando lejos.
Una vez que hayas preparado todas tus botellas, colócalas boca abajo en los agujeros que has hecho en el sustrato. Asegúrate de apretar bien la tierra alrededor de las botellas para que queden firmemente sujetas y no se caigan.
Final del proyecto
Con este sencillo truco, puedes estar tranquilo sabiendo que tus plantas estarán bien hidratadas mientras estás fuera.
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