En el mundo del coleccionismo, ciertas piezas numismáticas han adquirido un valor significativo en los últimos tiempos, convirtiéndose en objetos de deseo para los aficionados a la numismática. Un ejemplo destacado es la moneda de cinco duros de Francisco Franco, emitida en el año 1957, que ha experimentado un notable aumento en su valor en el mercado de coleccionistas.
Otro ejemplar codiciado es la moneda de cinco duros de 1949, la cual ha alcanzado precios que oscilan entre los 6.000 y 36.000 euros en subastas especializadas. Específicamente, las versiones más valiosas son aquellas que presentan en una de sus estrellas los números 51 o 52, lo que las hace aún más exclusivas y buscadas por los coleccionistas.
Por otro lado, entre las monedas más apreciadas en España se encuentra la de 100 pesetas, acuñada en 1870. Esta moneda se distingue por su diseño reconocible, su grosor y su característico color dorado. Sin embargo, lo que la convierte en objeto de deseo es su extrema rareza en el mercado de la numismática.
Pagan hasta 250.000 euros por esta moneda.
Según los expertos, solo se conservan 12 ejemplares en todo el mundo, de los cuales seis forman parte de la colección de la Fábrica de Moneda y Timbre de España. El resto se encuentra en manos de amantes del coleccionismo dispersos por todo el mundo.
Valor
Dada la extraordinaria demanda que genera, el precio de esta moneda puede alcanzar fácilmente los 250.000 euros por unidad, lo que la posiciona como una de las más preciadas en el ámbito numismático.
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