El billete de 100 pesetas emitido en 1970 se ha convertido en una pieza altamente valiosa dentro del mercado coleccionista, alcanzando precios de hasta 1.500 euros. Estos billetes, que representan un fragmento importante de la historia económica de España, son especialmente codiciados por su rareza y estado de conservación.
El billete de cien pesetas destaca por la imagen del reconocido compositor Manuel de Falla, un elemento que añade un valor cultural significativo a la pieza. Según Numismático Digital, el Banco de España encargó estos billetes el 17 de noviembre de 1970, aunque no fueron puestos en circulación hasta el 20 de marzo de 1974.
Este retraso en su emisión ha contribuido a su rareza y posterior revalorización en el mercado. El reverso del billete presenta una representación del Patio de los Surtidores, conocido por los efectos visuales creados por los chorros de agua que se cruzan. Esta imagen añade un toque de historia y arte al billete, aumentando su atractivo para los coleccionistas.
Pagan hasta 1.500 euros por este billete.
A pesar de su diseño y valor histórico, el Banco de España decidió anular la emisión de los billetes de 100 pesetas. Las monedas que se fabricaron en 1975 y 1980, aunque grandes, tuvieron una circulación muy limitada. Esta decisión formó parte de un esfuerzo más amplio para actualizar el sistema monetario del país. Todo esto le otorga un valor especial en el mundo del coleccionismo.
Periodo de modernización
En noviembre de 1981, una comisión recomendó oficialmente un cambio en el sistema monetario, marcando el final de la circulación del billete de 100 pesetas. En 1982, la moneda de 100 pesetas, popularmente conocida como la "chocolatina", fue introducida y reemplazó al billete. Esta transición reflejó un período de modernización en la economía española, aunque dejó atrás una pieza que hoy es un tesoro para los coleccionistas.
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