El bicarbonato de sodio es un producto versátil que puede ayudarte a combatir una variedad de manchas y olores en tus alfombras. Para manchas no muy grasosas, como las causadas por líquidos como el té o el vino, simplemente espolvorea bicarbonato sobre la mancha y déjalo actuar durante unos minutos.
Luego, frota suavemente con un cepillo y aspira la zona tratada. El bicarbonato ayudará a absorber la humedad y eliminará los olores desagradables. El vinagre blanco es otro producto casero que puede ser útil para limpiar tus alfombras. Mezcla partes iguales de vinagre blanco y agua en un pulverizador y rocía la solución sobre la mancha. Deja reposar durante unos minutos y luego limpia con un paño limpio y húmedo. El vinagre ayudará a desinfectar la zona y eliminará los olores.
Para manchas más persistentes, puedes probar a limpiar con una solución de agua y detergente suave. Mezcla unas gotas de detergente en un recipiente con agua tibia y frota suavemente la mancha con un paño limpio. Luego, aclara con agua limpia y seca con una toalla.
Prueba estos trucos caseros y revitaliza tus alfombras.
Tampoco subestimes el poder de una buena aspiradora. Aspirar regularmente tus alfombras puede ayudar a prevenir la acumulación de suciedad y mantenerla limpia y fresca. Asegúrate de aspirar en todas las direcciones para levantar la suciedad y los pelos de la alfombra.
Evita el exceso de humedad
Después de limpiar tus alfombras, asegúrate de secar bien la zona para evitar la formación de moho y hongos. Usa un ventilador o abre las ventanas para permitir que circule el aire y acelere el proceso de secado.
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