Las almohadas deben ser higienizadas al menos cada tres meses y, afortunadamente, existe un truco sencillo y natural para realizar esta tarea. El vinagre blanco y el bicarbonato de sodio serán de gran ayuda gracias a sus propiedades desinfectantes.
Mezcla una medida de vinagre blanco con agua tibia, sumerge un paño en la mezcla y limpia la superficie de las almohadas con firmeza. Recuerda hacerlo con el paño bien escurrido y, una vez hecho esto, deja que las almohadas se sequen al sol.
Después, se recomienda espolvorearlas con bicarbonato de sodio, lo cual ayudará a reforzar el proceso de desinfección y a desodorizarlas. La idea es dejar que el bicarbonato actúe por al menos 10 horas y, una vez pasado ese tiempo, retíralo. Notarás que tus almohadas lucirán como nuevas.
Detalles de interés
Ten presente que el vinagre blanco posee cualidades antifúngicas y antibacterianas; es decir, tiene el potencial de eliminar microorganismos y gérmenes que pueden ser perjudiciales para la salud. Además, actúa como desodorizante natural, eliminando los olores no deseados con gran facilidad.
El bicarbonato, por su parte, también tiene la cualidad de eliminar malos olores debido a que es un compuesto alcalino. Asimismo, al ser abrasivo, elimina manchas y suciedades aferradas a la superficie de las almohadas y demás elementos de tela. Por si fuera poco, tiene la capacidad de absorber la humedad, lo que previene el crecimiento de moho.
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