Si has notado que la suela de la plancha se ha quemado o ensuciado y no puedes quitarle las manchas, no desesperes, porque existe un truco súper sencillo e infalible que resolverá el problema en cuestión de segundos. Para ello, solo necesitarás papel de aluminio, sal gruesa y vinagre blanco.
Antes de comenzar con la limpieza de la plancha, asegúrate de que esté desenchufada y completamente fría. Coloca un trozo de papel de aluminio en una superficie plana con el lado brillante hacia arriba y espolvorea una buena cantidad de sal gruesa sobre él.
Frota la suela de la plancha contra la sal y el papel de aluminio en movimientos circulares. Este movimiento permitirá que los residuos y manchas adheridas se aflojen. Luego, humedece un paño limpio con vinagre blanco y aplícalo sobre la suela de la plancha. Verás que el vinagre descompone la grasa y las suciedades adheridas, ayudando a su limpieza total y dejándola como nueva.
Hecho esto, toma otro paño y asegúrate de eliminar cualquier rastro de vinagre o sal, ya que los residuos de estos productos podrían transferirse a la ropa al planchar. Por cierto, existen otros trucos para la limpieza de la plancha y, entre ellos, destaca la solución que combina bicarbonato de sodio y agua.
¿Cómo se aplica?
Mezcla bicarbonato de sodio con un poco de agua hasta formar una pasta homogénea. Aplica esta pasta a la suela de la plancha fría y frota suavemente con una esponja. Verás lo bien que queda.
Otros expertos en limpieza sugieren el uso de papel periódico: calienta la plancha a temperatura media y pásala sobre una hoja de papel periódico en varias ocasiones. ¡Listo! Quedará como recién comprada.
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