La presencia de polvo y humedad puede afectar gravemente el ambiente de nuestro armario, generando ese característico "olor a cerrado" que resulta tan molesto. Es frecuente regresar de un viaje y descubrir que nuestras prendas han adquirido un olor desagradable o están llenas de polvo.
Aunque mantener una fragancia fresca y agradable en el armario puede parecer un reto, existen métodos sencillos para lograrlo, especialmente si la ropa ha estado guardada por mucho tiempo.
Aquí te ofrecemos algunas recomendaciones prácticas para evitar estos problemas y asegurar que tu armario huela bien. En primer lugar, es esencial no usar demasiado detergente al lavar la ropa. El exceso de detergente puede dejar residuos que retienen humedad, especialmente si se utilizan ciclos de lavado cortos.
Una estrategia eficaz es forrar el interior del armario con madera y dejar un pequeño espacio para la ventilación. Esto ayuda a prevenir la acumulación de malos olores. En caso de encontrar moho, es crucial vaciarlo inmediatamente y ventilarlo bien para proteger las prendas almacenadas.
Cuida tus muebles y más los de tu cuarto.
Para eliminar manchas de moho, es recomendable lavarlas a fondo con agua y lejía. Para prevenir la humedad en zapatos o prendas de cuero, asegúrate de guardarlos siempre secos y coloca un trozo de carbón cerca.
Más opciones
Otro aspecto importante es la forma en que secamos la ropa. Al sacar la ropa de la lavadora, estírala correctamente y, si es posible, sécala al aire libre antes de guardarla.
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