Entre los coleccionistas de monedas, algunas piezas destacan por su rareza y valor histórico. Un ejemplo notable es la peseta con el rostro de perfil de Alfonso XII, acuñada en 1882. Esta moneda, con un peso de cinco gramos y las iniciales 'MSM', se ha convertido en un objeto de deseo para los entusiastas de la numismática debido a su exclusividad y valor creciente.
Desde su lanzamiento, la peseta de Alfonso XII fue producida en una edición limitada de solo 5.800 unidades. Esta producción restringida ha hecho que la moneda sea extremadamente codiciada. Con el paso del tiempo, su valor ha aumentado considerablemente, convirtiéndola en una pieza difícil de encontrar en el mercado actual.
La escasez de estas monedas se debe a su limitada tirada inicial y al paso del tiempo, que ha reducido aún más el número de ejemplares disponibles. Es difícil determinar cuántas de estas monedas han sobrevivido hasta el día de hoy, lo que añade un elemento de misterio y exclusividad que solo aumenta su atractivo entre los coleccionistas.
El interés por la peseta de Alfonso XII se reflejó en una subasta de 2018 en la prestigiosa casa Cayón, donde uno de estos ejemplares se vendió por 4.600 euros. Este precio subraya no solo el valor intrínseco de la moneda sino también la alta demanda y la apreciación que tiene en el mundo del coleccionismo.
Esta es una de las más valoradas del mercado.
En aumento
Aunque la subasta de 2018 proporciona una referencia, es probable que el valor de esta peseta haya aumentado aún más en la actualidad. La combinación de su rareza, el interés histórico y el atractivo para los coleccionistas hace que la peseta de Alfonso XII sea una inversión segura y valiosa.
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