El coleccionismo de monedas, conocido como la "reina de las aficiones", ha cautivado a personas de todas las edades y procedencias durante siglos. Ya sea por su valor histórico, su rareza, su estado de conservación o incluso los defectos que poseen, algunas monedas pueden alcanzar precios astronómicos en el mercado.
Una de las monedas más apreciadas del coleccionismo numismático es el dólar Flowing Hair de 1794, conocido como el ejemplar de Green-Contursi-Cardinal. Esta moneda es considerada una de las primeras acuñadas por los Estados Unidos.
La Fábrica de Moneda de Estados Unidos abrió en 1792, pero en sus primeros dos años solo acuñó monedas de cobre y algunas monedas patrón. Este ejemplar en particular ha permanecido en su estado original durante más de 200 años, contribuyendo significativamente a su valor que alcanzó la cifra de 8.500.000 euros entre los coleccionistas.
Otra de las monedas que ha dejado una marca indeleble en la historia del coleccionismo es la moneda de 20 dólares Águila Doble de 1933, conocida como el ejemplar de Faruq. En 1933, se acuñaron cerca de 500,000 piezas de oro de veinte dólares, pero una orden ejecutiva del presidente Roosevelt mandó retirarlas y fundirlas.
Estos dos ejemplares valen una fortuna pero son ejemplares difíciles de encontrar.
Valor
Sin embargo, un puñado de estas monedas sobrevivió. Una de ellas, que perteneció al rey Faruq de Egipto, fue vendida legalmente después de una prolongada batalla legal, convirtiéndola en una de las monedas más caras y controvertidas del mundo, con un precio de venta de 6.446.000 euros.
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