El mundo de la filatelia ha sido testigo de la evolución y la revolución en la historia postal, con algunos sellos postales que no solo representan momentos clave, sino que también han alcanzado valores impresionantes en subastas.
Entre estos tesoros filatélicos destacan tres sellos postales británicos que encapsulan la transición y el impacto de la era victoriana y eduardiana. El "Penny Red" de 1841, sucesor del revolucionario Penny Black, fue creado para resolver problemas de contraste con las cancelaciones en tinta negra que afectaban a su predecesor.
Este sello, que también presenta el retrato de la Reina Victoria, marcó un hito importante en la historia postal británica durante el siglo XIX. En 2016, un ejemplar de este sello fue vendido por 495.000 libras esterlinas, equivalentes a unos 710.000 dólares, subrayando su valor histórico y su importancia para los coleccionistas.
Otro de los sellos postales que destaca en la historia filatélica es el "Sello Pálido Purpúro", emitido en 1904 durante el reinado de Eduardo VII. Este sello es notable por su distintivo tono púrpura pálido y representa el cambio hacia una nueva era en la filatelia británica a principios del siglo XX. En 2016, este tesoro del coleccionismo fue subastado por 125.000 euros.
Los coleccionistas pagan un verdadero dineral por tan solo uno de estos ejemplares.
Hay más
Sin embargo, el más icónico de todos los sellos postales es el "Penny Black" de 1840, reconocido como el primer sello postal del mundo. Con el retrato de la Reina Victoria, el Penny Black revolucionó el sistema postal al introducir el concepto de franqueo prepagado, eliminando la necesidad de que el receptor pagara el franqueo. En 2017 este sello fue vendido por 70.000 dólares, una suma que refleja tanto su valor histórico como su importancia en la historia global de la filatelia.
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