La celiaquía es una enfermedad autoinmune, que es provocada por la ingesta de gluten presente en el trigo, avena, cebada y centeno. Es una enfermedad sistémica y crónica, que al día de hoy no tiene cura.
La única cura para la celiaquía hoy es llevar una vida libre de gluten, y con todos los cuidados necesarios. También, es importante saber que no hay grados y que afecta a todos por igual cuando el mismo daño, pero sí hay tipos.
Celiaquía Subclínica o asintomática: las personas que padecen de esta celiaquía, no presentan síntomas pero que tienen vellosidades intestinales con daño e incluso con atrofia. Esto puede ser un problema grave, ya que al no seguir dieta sin gluten puede causar otras dificultades en la salud.
Celiaquía clásica o sintomática: Este tipo de celiaquía es la más común, y la que más suele diagnosticar. Los síntomas de las personas con este tipo varían. Entre ellos: vómitos, diarrea, migrañas, cansancio extremo, etc.
No existen grados de celiaquía, pero sí diferentes tipos.
Los menos comunes
Celiaquía latente: Es la más extraña, estos pacientes que consumiendo gluten con o sin síntomas, tienen una biopsia normal o con aumento de linfocitos pero sin daños en la atrofia. Con el tiempo esto se dará y terminarán retirando el gluten de su dieta.
Celiaquía Refractaria: Es la más común en las personas que tienen más de 50 años. Es quizás la variante más grave de la celiaquía, y es que normalmente a pesar de la dieta sin gluten los problemas intestinales siguen manifestándose.
Celiaquía potencial: Las personas que padecen de este tipo, a pesar de contar con anticuerpos positivos, no presentan daños en el intestino. Su biopsia no es compatible con esta enfermedad. Con el paso del tiempo, si no se realiza una dieta sin gluten, puede llegar a ocasionar daños más graves en las vellosidades.
Si te gustó nuestro contenido, puedes seguirnos en Google News y en nuestro Canal de WhatsApp, eso nos ayuda a seguir generando contenido gratuito a nuestros lectores. ¡Muchas gracias!