En el competitivo mundo de la filatelia, dos sellos postales han alcanzado cifras récord gracias a su rara combinación de errores de impresión e importancia histórica. El primer ejemplo es el sello siciliano de 1859, notable por un error de color: aunque el diseño original debía ser amarillo, se produjeron también versiones en azul.
Este error, sumado a su excelente estado de conservación, ha hecho que el sello sea extremadamente valioso. En 2011, uno de estos sellos postales se vendió por la impresionante suma de 2,6 millones de dólares en una subasta en Estados Unidos, estableciendo un récord en el mercado numismático.
Por otro lado, el sello “Todo el país es rojo”, emitido en 1968, refleja el fervor comunista de la época bajo Mao Tse Tung y es uno de los más buscados por los coleccionistas. Este sello presenta un error significativo: la isla de Taiwán, que aparece en blanco en el diseño, lo que provocó su retirada del mercado.
El error y el simbolismo del pequeño libro rojo de Mao han incrementado el valor de estos sellos postales en el mercado del coleccionismo. En 2018, un ejemplar de este sello se vendió en China por dos millones de dólares, destacándose como uno de los sellos más caros jamás vendidos.
Ofrecen hasta más de dos millones de dólares por alguno de estos sellos postales.
Detalles que lo hacen valiosos
Ambos sellos postales ilustran cómo los errores de impresión y el contexto histórico pueden convertir a una simple pieza de papel en un objeto de gran valor. El sello siciliano de 1859 y el 'Todo el país es rojo' no solo representan hitos en la historia de la filatelia, sino que también demuestran cómo la rareza y la relevancia histórica pueden elevar el valor de los sellos a cifras sorprendentes.
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