El estudio y coleccionismo de sellos postales, conocido como filatelia, se ha convertido en una de las actividades más populares y apasionantes del mundo. Millones de aficionados dedican su tiempo a explorar, clasificar y valorar sellos de diversas procedencias, sin importar su valor intrínseco.
Entre las joyas de la filatelia, destacan dos sellos postales que no solo son valiosos por su rareza, sino también por las historias fascinantes que los rodean. Uno de ellos es el famoso sello bermellón de 2 reales emitido en 1853. Este sello es notable por su fragilidad; el papel utilizado para su impresión era tan delicado que no existen ejemplos con goma.
Debido a esta característica, los coleccionistas han estado siempre en busca de un ejemplar bien conservado. En 2010, este sello alcanzó un impresionante precio en subasta de 6.575 euros, lo que demuestra el aprecio que los filatelistas tienen por piezas de tal significancia histórica.
Otro de los sellos postales que ha capturado la atención de los coleccionistas es el sello de error de Baden de 9 Kreuzer, emitido en 1851. Este es considerado el sello más valioso de Alemania, con solo cuatro ejemplares que quedan en existencia. Lo que lo hace particularmente interesante en el mundo del coleccionismo es su historia de impresión errónea: originalmente, este sello debía ser impreso en rosa, pero por un error en la placa, varias hojas salieron en color verde.
Estos son dos de los sellos postales más valiosos del mercado filatélico.
Valor
Además, en lugar del número 9, se imprimió un 6. Esta confusión creó un artículo altamente codiciado en el mundo de la filatelia. En 2008, uno de estos sellos postales se vendió por la asombrosa cifra de 1.545.000 dólares (1.442.025 euros), estableciendo un récord y reafirmando la importancia de los errores de impresión en el coleccionismo de sellos.
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