Las monedas de 20 excelentes de los Reyes Católicos, acuñadas en Sevilla entre 1475 y 1504, se han convertido en una de las piezas más codiciadas por coleccionistas e historiadores. Estas monedas no solo reflejan la grandiosidad de la época, sino que también simbolizan el poder y la estabilidad política de la Corona en un momento crucial para España. El diseño y la calidad de su fabricación hacen que estas monedas sean un testimonio tangible de la historia.
Durante su reinado, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón utilizaron estas monedas antiguas como regalos en ocasiones especiales, lo que confiere a estas piezas un valor adicional como símbolos de diplomacia y aprecio.
Durante su reinado, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón utilizaron estas monedas.
Según “Economía digital”, la elaboración de pesetas de este tipo era un arte en sí mismo, y su uso en ceremonia ayudó a fortalecer las alianzas políticas de la época. Hoy, su historia atrae tanto a inversionistas como a amantes de la numismática.
El atractivo de estas monedas radica también en su escasez. En el mercado, las monedas de 20 excelentes en estado ejemplar pueden alcanzar cifras de hasta 600.000 euros. Este elevado precio destaca no solo la demanda, sino también la importancia histórica que poseen estas piezas. Los coleccionistas están especialmente interesados en aquellas que se encuentran en condiciones óptimas de conservación, lo que añade un plus a su ya notable valor.
Unas obras maestras
El hallazgo reciente de varias monedas de esta categoría ha renovado el interés por la era de los Reyes Católicos. Museos y casas de subastas han comenzado a recibir ofertas y pujas por estas obras maestras, lo que ha impulsado aún más su reconocimiento. Cada moneda cuenta una historia de su tiempo y refleja un legado que perdura.
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