El lavado de platos es una de las tareas más tediosas del hogar. Después de aprovechar el tiempo en familia compartiendo una rica comida, la obligación de limpiar los trastes es una de las actividades cotidianas que no se suelen disfrutar, pero que tiene sus secretos para mejorar el vínculo que uno tiene con la cocina.
Uno de los detalles que no se suele tener en cuenta a la hora del lavado de platos es que verter el detergente sobre la esponja no es tan eficaz como parece. Esta costumbre puede tener consecuencias que van más allá del desperdicio y el gasto que genera el producto.
La sobrecarga de detergente en la esponja crea un exceso de espuma. Esto, paradójicamente, termina haciendo más difícil el proceso de lavado de platos. Al ser el jabón más abundante, puede tornar más resbaladizos o con residuos permanentes, alterando así el sabor de futuras comidas.
Alterando así el sabor de futuras comidas.
Recomendaciones
Los expertos en limpieza identifican el hecho de poner el detergente sobre la esponja como “ineficiente”. Lo que se recomienda es llenar la pileta con agua jabonosa, una simple cucharada de detergente basta para cumplir con este objetivo.
Con este método, no solo se optimiza el producto, sino que también nos ahorra agua para el lavado de platos. Una vez que el agua se haya enturbiado, es el momento de cambiarla, siempre usando solo una cucharada de detergente.
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