Un movimiento de la salud que ha estado cobrando fuerza en los últimos tiempos es el ‘barefoot’, o caminar descalzo. Durante años, madres y padres han estado detrás de los niños pidiéndoles que no estén sin calzado por la casa, pero en realidad puede tener grandes beneficios para la postura.
El ‘barefoot’ es una palabra inglesa que puede traducirse como “descalzo”. Sus potenciales beneficios a la postura y a la mecánica corporal han provocado que múltiples marcas deportivas se esfuercen por crear un calzado minimalista.
Esta idea sostiene que, al calzarse, uno debería sentirse como si estuviese descalzo. En un principio, los fabricantes de calzado infantil pusieron de moda este concepto con la idea de un zapato respetuoso, que acompañe el crecimiento del pie y el desarrolla de la marcha par que pueda moverse libremente.
Al no tener amortiguación o un soporte excesivo, el ‘barefoot’ promueve una mejora en la postura.
Las principales características del calzado ‘barefoot’ es su suela final, de unos 0 a 3 milímetros de espesor. Los pies se terminan adaptando al terreno de manera natural, promoviendo una marcha más libre y una conexión con el suelo. También tiene una horma más ancha que los calzados habituales, son planos y no tienen soportes para el arco.
Beneficios
Los expertos indican que, al no tener amortiguación o un soporte excesivo, el ‘barefoot’ promueve una mejora en la postura, fortalece los músculos del pie y la pierna, además de reducir el riesgo al dolor de pies y tobillos al fomentar una marcha más natural.
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