Conservar lo que sobra después de una degustación de quesos y embutidos no suele ser una tarea sencilla. El papel film o el aluminio son las primeras opciones que llegan a nuestra mente para mantenerlos frescos, pero no siempre son la mejor opción.
Incluso, en el refrigerador, los quesos y embutidos pueden perder su sabor al resecarse y arruinarse su textura. Por su parte, los curados como el jamón, el lomo o el chorizo, pierden humedad si no se almacenan rápidamente.
Los expertos en conservación de alimentos indican que hay que permitir que los embutidos mantengan la humedad adecuada para evitar que se sequen y se contaminen con otros productos que se guardan en el frigorífico.
Trucos
Por ende, el mejor método no está en el papel film ni en el aluminio, sino en recipientes herméticos. De este modo, se evita que los embutidos se sequen o se contaminen con los olores de otros alimentos en el refrigerador.
El mejor método no está en el papel film ni en el aluminio, sino en recipientes herméticos.
Para los embutidos, se recomienda colocar una capa de papel de horno entre las lonchas para evitar que se peguen. Así, conservarán mejor su aroma y textura. En el caso de los jamones o lomos, lo ideal es cubrir la parte del corte con la propia grasa.
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