En el mundo del coleccionismo, a veces los grandes tesoros no se encuentran en antiguas cámaras acorazadas ni en cofres enterrados, sino en el fondo del monedero. Tal es el caso de una aparentemente común moneda de 50 céntimos acuñada en Bélgica en 1999.
Esta moneda ha sorprendido al mercado numismático por alcanzar valores de hasta 1.000 euros en subastas online como eBay, Etsy o Foronum. Lo que convierte a esta moneda en un objeto tan codiciado no es su antigüedad, sino un peculiar error de acuñación que ha despertado el interés de coleccionistas en toda Europa.

La moneda presenta un exceso de metal en su fabricación, lo que provoca que algunas de las estrellas del diseño sobresalgan más de lo habitual, rompiendo con la simetría típica del euro. Este tipo de imperfecciones, lejos de restar valor, lo multiplican en el mercado del coleccionismo.

Los errores de acuñación que se producen en tiradas limitadas o que no llegan a ser detectados a tiempo se convierten en rarezas muy apreciadas por los coleccionistas. Y este caso no es la excepción.
Esta moneda de céntimos es altamente codiciada por los coleccionistas.
Diseño
La moneda mantiene el diseño estándar belga de la época, con la efigie del entonces rey Alberto II y las doce estrellas de la Unión Europea, pero esas variaciones en el tamaño de las estrellas —provocadas por un desajuste en la presión o la matriz de acuñación— hacen de esta pieza una rareza digna de estudio y deseo.
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