En el mundo del coleccionismo numismático, algunas monedas no solo reflejan una época, sino que se convierten en auténticas joyas de altísimo valor. Tal es el caso de la moneda de 25 pesetas acuñada en 1990, que forma parte de una serie conmemorativa de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.
Aunque su valor nominal era modesto, hoy esta moneda ha escalado a cifras sorprendentes en el mercado del coleccionismo, con un precio estimado que podría superar el millón de euros en plataformas de compraventa.
La moneda de 25 pesetas de 1990 fue diseñada como parte de una serie de monedas conmemorativas para celebrar los Juegos Olímpicos que se celebraron en Barcelona dos años después.
Con un diseño elegante y simbólico, la serie fue emitida en dos versiones: una con la imagen de un saltador de altura y otra con la figura de un lanzador de disco. Sin embargo, ha sido la versión del lanzador de disco la que ha capturado la mayor atención de los coleccionistas.
Este ejemplar puede cambiar tu vida para siempre.
Diseño
La moneda, que tiene un peso de 4,2 gramos y un diámetro de 19,5 milímetros, se distingue por una particularidad que la hace fácilmente reconocible: un agujero en el centro. Esta característica única no solo le otorga un diseño especial, sino que también la coloca en una categoría de rareza dentro de las monedas conmemorativas.
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