La sopa castellana se erige como uno de los platos más clásicos de la cocina de Castilla y León, destacando por ser ideal para la temporada otoñal. Este caldo rústico contiene ingredientes económicos que resultan fáciles de encontrar y, sin duda, se transformará en un favorito en tu hogar. Solo necesitarás pan duro, ajo y jamón serrano, entre otros ingredientes irresistibles.
Para empezar, debes freír varios dientes de ajo laminados en aceite; se sugiere el uso de aceite de oliva para dotar al ajo de un sabor aún más reconfortante. Acto seguido, incorpora trocitos de jamón serrano, lo cual le aportará a la sopa castellana un toque salado y delicioso. De hecho, este sabor es fundamental para preparar la receta de la manera más clásica posible.
Luego, agrega a la preparación un poco de pimentón y, tras ello, suma caldo de pollo caliente. Esta combinación debes llevarla a ebullición antes de añadir el pan duro: córtalo en rebanadas finas y asegúrate de que se cocine durante algunos minutos para que espese el caldo.
Hecho eso, agrega a la mezcla huevos enteros para que cuajen en el caldo, o también puedes batirlos si prefieres una textura más homogénea. En cualquiera de los casos, deben cocinarse levemente, ya que lo que se busca es que la yema quede algo líquida. De este modo, la cremosidad de la sopa castellana estará asegurada.
Ahora sí, ya estás listo para emplatar, pero antes asegúrate de agregar sal y pimienta a gusto. También puedes sumar una pizca de ají molido, y hay quienes gustan de añadir jengibre para darle a la sopa castellana un leve toque de acidez que tan bien le sienta. Esta es una receta ideal para el inicio del otoño y, sin duda, un platillo obligado en invierno.
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