Los deseos de algo dulce son frecuentes en el día a día de nuestra alimentación. Esto puede generarse por varios factores. Uno de ellos es el hábito que hemos generado a lo largo del tiempo. Tal como explican los expertos, un antojo de azúcar puede ser una recompensa ya que la persona se siente bien por la dopamina liberada.
Cabe destacar que la insulina regula los niveles de azúcar en la sangre y tiene que ver con la liberación de dopamina. Esto hace su aporte a que se genere este hábito en nuestra alimentación. Lo recomendable, si se quiere dejar de lado esta costumbre, es un reemplazo saludable después de la cena para terminar “reprogramando el cerebro”.
A su vez, los estudiosos de la nutrición indican que la mala salud intestinal puede generar un antojo de azúcar en nuestra alimentación. Son bacterias patógenas que se alimentan de azúcar las que le indican al cuerpo que necesitan más para multiplicarse. Para mantener una buena salud intestinal se sugiere consumir alimentos ricos en fibras y probióticos.
Un reemplazo saludable después de la cena para terminar “reprogramando el cerebro”.
Otro de los motivos que pueden explicar el antojo de azúcar en nuestra alimentación está vinculado a la hormona del hambre, la grelina. Una investigación asegura que los niveles de esta hormo aumentan la ingesta de azúcar, contribuyendo a los antojos.
A dormir bien
La falta de sueño suele estar enlazada a la mala alimentación, especialmente cuando se come comida chatarra en exceso. A su vez, la falta de nutrientes puede generar un desequilibrio en sangre o la falta de ciertos minerales que regulan la insulina.
Lo ideal es buscar alternativas saludables y comer porciones pequeñas a lo largo del día para fomentar la saciedad. Esto puede llevarnos a prevenir los antojos. Una gran opción es combinar algo dulce con algo saludable, tal como chips de chocolate con almendras o una banana con chocolate.
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