La apremiante necesidad de un cambio en los hábitos de vida se ha convertido en un tema central de discusión. Un dato alarmante salta a la vista: la mayoría de los adolescentes no cumple con los niveles de actividad física recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta realidad conduce a una pregunta esencial sobre qué es posible hacer para revertir la tendencia a través del ejercicio.
El llamado es claro y directo: practicar al menos una hora de ejercicio diario. Pero esto no es solo una sugerencia trivial, sino un cambio profundo que puede transformar tanto el cuerpo como la mente. Los beneficios son numerosos, extendiéndose más allá de la forma física hacia la esfera de la salud mental y el bienestar emocional.
Según un estudio colaborativo entre la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición y la OMS, se ha puesto de relieve la importancia de fomentar la actividad física entre los adolescentes. Esta iniciativa tiene como objetivo promover la conciencia sobre el entorno educativo como catalizador de la actividad física en la etapa temprana de la adolescencia.
Además, se destaca la necesidad de un uso equilibrado de las pantallas electrónicas para preservar la salud mental y evitar el sedentarismo, el ejercicio puede revertir estas complicaciones y son necesarias atenderlas antes de que aparezcan.
La actividad física es necesaria y los estudios avalan.
Un estudio participativo dirigido por AESAN en escolares de 12 a 14 años reveló que las actividades extracurriculares deportivas son fundamentales para fomentar la actividad física. También se destacó la influencia del interés personal y la promoción del ejercicio en algunos institutos.
Más opciones
La clave radica en la regularidad. No es necesario invertir largas horas; incluso cinco minutos de actividad diaria pueden marcar la diferencia si se mantienen a lo largo del tiempo.